martes, 7 de mayo de 2013

Juego de Tronos: un fenómeno mundial que camina lento


Actualmente la serie Juego de Tronos es un fenómeno de alcance mundial. Tiene fanáticos por doquier, incluidas celebridades de muy distintas investiduras y edades, como la presidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, o el creador de Facebook, Mark Zuckerberg.

Todo empezó allá por el año 1996, cuando muchos de los que ahora enloquecen por la historia aún no nacían. En ese año el escritor estadounidense George R. R. Martin publicó Juego de Tronos, el primer libro de su saga Canción de hielo y fuego. Entonces aún no se publicaban fenómenos editoriales que ya dieron, al parecer, todo de sí y que marcarían a una generación, como lo fueron Harry Potter y Crepúsculo. 

La obra de Martin fue creciendo lentamente, con intervalos de varios años entre la publicación de un libro y otro, algo justificable por la extensión que los caracteriza.

Cuando los libros empezaron a cobrar un gran éxito, la idea de llevarlos al cine escondía un enorme riesgo tomando en cuenta la inversión requerida y el siempre posible fracaso. Demasiados personajes y muchas historias hacían el proyecto riesgoso y nadie se animó a invertir en él.

Era mejor una serie, para gastar poco a poco, ir tanteando al público también poco a poco y adaptarse al ritmo con que el autor ha ido publicado cada uno de los libros.

Puede decirse que ese fenómeno tan de moda hoy en día ha avanzado con una lentitud poco habitual para la época en que vivimos. Sus fanáticos lo han tenido que consumir, algunos a regañadientes, en dosis que no siempre los dejan del todo satisfechos.

Pero quizás eso se reditúa en la calidad de la historia. Martin no es un escritor que tenga que cumplir con un estricto calendario programado por sus editores, al contrario, se da el tiempo suficiente para escribir lentamente y sin presiones, y lo hace, según la opinión de sus más fieles lectores, extraordinariamente bien.

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