La desclasificación de archivos del FBI ha revelado lo
que sin duda era un secreto predecible: que en tiempos de la Guerra Fría los
yanquis le hicieron expediente y le dieron seguimiento al escritor mexicano Carlos Fuentes, fallecido en 2012 a los 83 años. Al
parecer esa persecución duró cuando menos dos décadas.
Fuentes, como casi la totalidad de los autores del Boom latinoamericano, fue de
izquierdas, admirador del castrismo y férreo crítico de Estados Unidos. Aunque con
el paso de los años moderó su militancia izquierdista, nunca dejó de serlo
realmente.
Así las cosas, el FBI lo tenía por un comunista al que
había que seguir muy de cerca. Al tratarse de un escritor con cierta fama, era
normal que los yanquis tomaran sus precauciones con él. Aun así, le permitieron
vivir en su país y dar clases en varias universidades, quizás para tenerlo
mejor vigilado en casa o para no verse tan intolerantes como sus enemigos los soviéticos.
Pero el caso de Carlos Fuentes no es una rareza ni
mucho menos. A mediados del siglo pasado Estados Unidos y la URSS invirtieron demasiado
dinero en el espionaje. Los yanquis tenían especial interés en Latinoamérica,
una región que ya entonces los odiaba tanto como ahora y cuya población
simpatizaba con los rusos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario