sábado, 22 de junio de 2013

Carlos Fuentes fue un perseguido del FBI

La desclasificación de archivos del FBI ha revelado lo que sin duda era un secreto predecible: que en tiempos de la Guerra Fría los yanquis le hicieron expediente y le dieron seguimiento al escritor mexicano Carlos Fuentes, fallecido en 2012 a los 83 años. Al parecer esa persecución duró cuando menos dos décadas.

Fuentes, como casi la totalidad de los autores del Boom latinoamericano, fue de izquierdas, admirador del castrismo y férreo crítico de Estados Unidos. Aunque con el paso de los años moderó su militancia izquierdista, nunca dejó de serlo realmente.

Así las cosas, el FBI lo tenía por un comunista al que había que seguir muy de cerca. Al tratarse de un escritor con cierta fama, era normal que los yanquis tomaran sus precauciones con él. Aun así, le permitieron vivir en su país y dar clases en varias universidades, quizás para tenerlo mejor vigilado en casa o para no verse tan intolerantes como sus enemigos los soviéticos.

Pero el caso de Carlos Fuentes no es una rareza ni mucho menos. A mediados del siglo pasado Estados Unidos y la URSS invirtieron demasiado dinero en el espionaje. Los yanquis tenían especial interés en Latinoamérica, una región que ya entonces los odiaba tanto como ahora y cuya población simpatizaba con los rusos.

Por ello hubo espías de ambos lados del telón esparcidos por todo el subcontinente, y a cualquiera que les resultara de interés le abrían expediente. Los políticos eran las víctimas más comunes y les seguían los intelectuales. Sería prácticamente una ingenuidad no suponer que Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, entre otros, no fueron considerados por los yanquis comunistas a los que había que vigilar y tuvieron su expediente igual que Carlos Fuentes.

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