jueves, 6 de junio de 2013

Mujeres, a parir, que hacen falta niños

El descontrolado índice de nacimientos que se registran en los países en vías lejanas de desarrollo supone un problema para los deficientes gobiernos. En la mayoría de los casos, con una economía paupérrima, a los padres de en promedio seis retoños no les alcanza para darles lo más indispensable: comida, salud, vestimenta y escolaridad.

Los gobiernos en lugar de bajar los impuestos y crear leyes laborales desde un punto de vista lógico para generar empleo y que de esa manera esos padres puedan mantener a sus hijos, se erigen como protectores de los retoños, prácticamente los adoptan y se los cargan al erario público hasta que son económicamente activos, dándoles en el proceso y en la medida de lo posible una vida miserable. Así las cosas, en un país pobre con un gobierno torpe el que nazcan muchos niños es un problema.

Pero la situación es bien distinta en un país rico. Allí el problema es lo contrario. Las mujeres van a la universidad, leen a Freud y a Ayn Rand y deciden que sin niños y un marido están mejor, que su libertad es un bien muy preciado y que no quieren pasarse lo que les queda de su juventud subiendo de peso, pariendo, cambiando pañales y meciendo cunas.

Ese derecho que cualquier mujer es libre de ejercer y del que muchas en el mundo ya gozan de sus privilegios, golpea fuertemente a la economía. Los países tienen que producir, hace falta mano de obra para que una sociedad se mueva. Y hacen falta generaciones que sustituyan a las que se van jubilando. Si una se desaparece por la sencilla razón de que las mujeres se niegan a parir, llegará un momento en que habrá muchos jubilados y nadie que trabaje. Será un caos total.

Un país tercermundista con exceso de niños y jóvenes puede cambiar para bien con reformas sabias que fomenten el empleo. Pero un país sin niños tiene serios problemas y en esa situación ya están muchos. Si las mujeres se siguen negando a parir, quizás llegará el momento en que los gobiernos producirán niños al estilo de Un mundo feliz, la celebre novela de Aldous Huxley.

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