Lo que más se exige a los editores víctimas de la ola
del libro electrónico es que aprendan a vivir con él, que acepten que con éste
ya no se puede usar el viejo modelo de ventas que rige al libro en papel. Pero eso
es imposible. Una editorial es una empresa, con empleados que cobran y muchos
otros gastos, tiene que facturar para subsistir, y limitarse a producir un
libro para que los lectores lo bajen gratis del Internet no es negocio.
Algunos apuntan a que la solución a la piratería que
ya caracteriza al libro electrónico tiene que ser una revolución cultural,
enseñar a les lectores desde niños que por cada cosa que consumimos hemos de
pagar, porque es lo justo, lo correcto y porque no hacerlo constituye un
delito.
Eso está muy bien. Pero las revoluciones culturales, a
menos que sean por métodos de Hernán Cortés o de políticos soviéticos, pueden
llevar muchos años. O siglos. O pueden sencillamente no darse. Y un editor difícilmente
es capaz de soportar un año con pérdidas.
Así las cosas, la solución sólo puede esperarse de la tecnología,
por más que se considere un método represor el hecho de que se trate de impedir
la reproducción no autorizada de un libro electrónico.
Un dispositivo que sirva para que un libro sólo pueda
ser leído en el Kindle o similar desde el que fue comprador, o que dicho libro tenga
una vigencia y que si no es leído dentro un plazo comprensible desaparezca, son
dos medios para combatir la piratería que ya suenan un poco y que tienen tras
de sí infinidad de críticas.
Pero si se trata simplemente de que los autores y
editores continúen ganando lo que justamente les corresponde por su trabajo -que
a fin de cuentas todo ser humano quiere ser remunerado por lo que produce-, no
se puede voltear para otro lado. La tecnología, la que trajo al libro electrónico,
es la única que puede garantizar que sea un producto que forme parte del libro
comercio y no que sea el destructor de una industria.
Nadie,por lo menos dentro de los próximos 25 mil años va a pagar nada por algo que puede obtener de gratis.Hay que hacer algo urgente para que no se puedan piratear.
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