martes, 25 de junio de 2013

El David y la Venus de Milo, las esculturas más copiadas de la historia

Es común que las esculturas más famosas del mundo sean objeto de infinidad de reproducciones, algunas con la misma escala de la original, otras más grandes y la gran mayoría en miniatura, en una especie de formato económico.

La utilización de estas reproducciones con motivos decorativos, la mayoría de las veces son consideradas de mal gusto, sobre todo el uso de replicas de obras antiguas en la decoración contemporánea. Pero aún así las reproducciones no paran, visitar una ciudad donde hay una escultura famosa lleva para mucha gente aparejada casi la obligación de llevarse una copia en miniatura como recuerdo.

De entre las esculturas que es común ver replicas, sin duda sobresalen y con mucho dos de las más bellas que existen en el mundo: El David y la Venus de Milo. Estas obras de arte han sido reproducidas a lo largo de los años hasta el hartazgo.

La Venus de Milo fue esculpida entre el 150 y el 100 a. C, y se cree, sin que exista la certeza, que fue obra de Alejandro de Antioquia. Se supone que tuvo manos, pero cuando fue halla hace casi dos siglos, ya presentaba su estado actual. Y así es como se ha hecho famosa, nadie la imagina diferente, incluso sus millares de replicas evidentemente tampoco tienen manos.

Mil seiscientos años después de que fue esculpida la Venus, el genial arista italiano Miguel Ángel creo a El David, aunque pareciera que ambas obras fueron echas en la misma época. Son junto con la Victoria de Samotracia las esculturas más perfectas que ha hecho el ser humano, aunque esta última se reproduce mucho menos que las otras, muy probablemente porque no tiene cabeza.

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