sábado, 29 de junio de 2013

Los indignados y las redes sociales

Mucho se ha dicho que las protestas que han sacudido al mundo en los últimos años son una consecuencia de los medios de comunicación que tenemos en la actualidad. Y es cierto, se acabó para siempre la época en que los Estados y los medios más poderosos hacían sus verdades.

En otros tiempos el control de la información era la cosa más sencilla para un gobierno. Los grandes medios que querían ser favorecidos simplemente se limitaban a decir lo que se les ordenaba que dijeran. Ni un dato más ni un dato menos. Los medios pequeños eran fácilmente aplastables, por ello lo más prudente era marchar al ritmo que los grandes, coludidos con el Estado, indicaran.

Ahora la cosa es diferente, los grandes medios, precisamente por su pasado negro, no gozan de credibilidad. Las redes sociales son la fuente de información preferida de muchos. Y no es que allí circulen sólo verdades, circula información poco sospechosa de estar controlada por los gobiernos, y con eso es suficiente para que sea tomada por buena.

Los indignados son una consecuencia, en parte, de lo mal que funcionan los gobiernos, pero son todavía más: son también una prueba de que para los políticos siempre ha sido más importante controlar la información que hacer bien su trabajo. Y ahora que decidir qué sabe y qué no sabe una sociedad ya no les es posible, tendrán que esmerarse en hacer las cosas mejor si no quieren ser derrocados por esos movimientos pacíficos que suelen volverse violentos con extraordinaria rapidez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario