jueves, 20 de junio de 2013

¿Por qué Estados Unidos espía al mundo?

Cada minuto, con el simple uso del Internet, los seres humanos generamos infinidad de información que tiene cierta importancia. Al usar, por ejemplo, el buscador de Google, revelamos nuestros gustos, nuestros intereses, nuestros temores y hasta nuestros secretos.

Esa información es codiciada tanto por empresas como por gobiernos. Las empresas quieren saber qué queremos para saber qué ofrecernos, sin necesidad de hacer costosas encuestas. Los gobiernos también se interesan por saber qué no nos gusta para saber, entre otras cosas, cómo engañarnos.

Estados Unidos es sin duda uno de los países que más recursos invierten para el espionaje, sin que quede claro qué tan lejos llegan sus centros de inteligencia. Si los yanquis tienen una base de datos donde se almacena cada palabra o frase buscada en Google aun sin el permiso de Google sería algo, hasta cierto punto, lógico.

De que tienen la tecnología para hacerlo, que nadie lo dude, y que les interesa hacerlo, es una verdad más grande que una pirámide. Enviar replicas de James Bond por el mundo a seducir mujeres guapas, colocar micrófonos, hallar a los malos y proceder a matarlos probablemente les da interesantes resultados pero sin duda es costoso y tardado.

Es más fácil ubicar desde qué dirección alguien buscó en Google “¿Cómo fabricar una bomba casera?” o repetidas veces el nombre de Osama bin Laden. Así, con la simple información depurada por una computadora, sabrán a quién vigilar o por quién ir sin preámbulos.

En resumen, que los yanquis nos vigilan y que tienen motivos moralmente justificables y otros terriblemente inmorales para hacerlo, es indudable. Los argumentos que tenemos para no poner el grito en el cielo quizás sean, el primero, que esa manía de espiarnos puede ayudar a desmantelar una banda que piensa hacer estallar un avión en el aire cargado de inocentes. Y otro que no les interesa mucho nuestra información de manera individual, no hay un funcionario público revisando minuciosamente los intereses de cada persona en el mundo. En realidad tienen –deben de tener- ordenadores programados para hallar anomalías, cosas que pueden ser potencialmente peligrosas, y allí es donde fijan su atención.

En estos tiempos, eso de almacenar información gracias al Internet se irá generalizando poco a poco. No debe de preocuparnos mucho que los yanquis malos sean los pioneros en el oficio, preocupémonos porque hay otros más malos y con indudables malas intenciones que también quieren esa información. Eso sí es alarmante.

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