miércoles, 26 de junio de 2013

La izquierda, el dinero y el poder

Existe una característica muy común de los izquierdistas cuando son candidatos a la jefatura de Estado de su país, se les escucha siempre decir, con sus respectivas variantes: “Yo no amo el dinero”. Eso para diferenciarse de los candidatos de derecha, los que aparentemente sí están enfermos por poseer grandes riquezas, vivir en mansiones cerca de la playa y rodeados de lujos.

Pero es cierto eso que dicen los de izquierda, no aman el dinero, van más allá, aman y desean enfermamente el poder. El poseer dinero, lo saben, no siempre es una fuente de omnipotencia, a veces surgen baches que no se pueden librar a billetazos. Un empresario para quitar a sus enemigos de en medio tiene que gastar lo suyo y arriesgarse a perder.

En cambio, siendo presidente, las cosas son bien diferentes. Un jefe de Estado sólo tiene que ordenar que su enemigo sea borrado del mapa, y no tiene que gastar absolutamente nada de su peculio particular en ello. Ya las instituciones se harán cargo, siempre se le puede acusar de algo, echarle a Hacienda o a la policía encima y punto.

Hugo Chávez es un gran ejemplo de alguien que no quería el dinero sino el poder completo. Siendo presidente de Venezuela dispuso del país a su antojo. No necesitó dinero para hacer y deshacer a gusto lo que se le vino en gana, simplemente le bastaba ordenar para que sus deseos fueran cumplidos. Sus celebres “exprópiese” son pruebas irrefutables de que el hombre estaba enfermo de hambre por el poder, que es mucho peor que amar el dinero.

Otra prueba del amor de los izquierdistas por el poder en su rara vez negado deseo de permanecer muchos años o toda la vida en la presidencia. Alguien con un mínimo de modestia y sentido común entiende que hay más personas capaces de desempeñar el puesto, incluso que al país le hace falta un cambio de presidente después de uno o dos períodos, pero es tanto el amor de éstos por dominarlo todo que nada les cuesta fingir demencia y amnesia.

Lo cierto es que a fin de cuentas es verdad lo que dicen en sus campañas, no aman el dinero, no se conforman sólo con eso, aman el poder.

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