Durante la década pasada, la serie Smallville causó sensación en todo el
mundo. Los años de juventud de Superman
y su enemigo Lex Luthor, cuando eran
más románticos y enamoradizos que los protagonistas de Orgullo y prejuicio, se posicionaron en el gusto de toda una
generación de jóvenes que los siguió de principio a fin.
A la par de la serie, se hizo famoso un elemento que
antes no había cobrado importancia en la historia del hombre de acero: la mansión
de Lex Luthor. Justo cuando se conocen, el propio Lex le explica a Clark Kent que su ancestral mansión fue
trasportada piedra por piedra desde Escocia, lugar de origen de los Luthor,
hasta Smallville, por órdenes de su padre, Lionel.
Posteriormente se revela que la familia no pertenece a
la antigua aristocracia escocesa y que la leyenda la inventó Lionel Luthor para abrirse camino en el
mundo empresarial, por lo que la mansión no pudo ser el hogar de varias
generaciones de la familia, pero ese dato es irrelevante para la importancia
del edificio en la serie.
La imagen del joven Lex Luthor, resentido con su padre y
apenas medio malvado, atrincherado en su mansión mientras planea cómo ayudar a
su amigo Clark para que seduzca a Lana
Lane, sin duda fue un elemento importante para el éxito de la serie.
El edificio de piedras desnudas rodeado por un inmenso
parque sembrado de tétricas esculturas, acentuó de forma demasiado positiva la
joven maldad de Luthor. Los interiores oscuros y llenos de elementos que la
daban a cada espacio cierto aire aristocrático fueron el escenario de innumerables
charlas filosóficas entre Lex y Clark, tantas como discusiones entre los
propios Luthor, padre e hijo.
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