En Venezuela le han concedido póstumamente el Premio Nacional de Periodismo al
fallecido presidente Hugo Chávez, lo
que para sus detractores es algo risible, ya que Chávez fue el mayor enemigo de la
prensa libre y crítica a su gobierno.
El argumento del jurado ha sido “su rol contra la mentira y la manipulación
mediática”. Quizás allí haya una gran verdad. A la frase probablemente sólo le
sobra un tra para ser bastante
cierta.
El premio, aunque para muchos es algo ilógico debido a
que Chávez no fue periodista, es tal vez muy merecido. Porque si bien no fue
periodista en el sentido oficial y convencional, fue un gran difusor de
información. Nadie en Latinoamérica se ha servido tanto de los medios en los últimos
años como Chávez. Su labor por difundir “su verdad” y criticar a sus enemigos
fue titánica. El historiador mexicano Enrique Krauze lo ha definido como un aventajado discípulo de Joseph Goebbels, el más grande difusor de mentiras de la historia.
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