En un acto oficial en la
Casa Blanca , donde 28 inmigrantes
obtuvieron la soñada nacionalidad estadounidense, Barack Obama siguió manifestándose a favor de una reforma
migratoria que cambiaria la vida de millones de ilegales que anhelan consolidar
para ellos el sueño americano.
Cuando ya le es totalmente innecesario el voto de los
sectores más conservadores de los Estados Unidos, en su segundo período
presidencial, el presidente Obama se muestra más insistente en la reforma
migratoria, que espera sea discutida en abril.
Como hijo de un inmigrante keniano, Obama tiene claro
que Estados Unidos es un país creado y consolidado por inmigrantes. Dijo que los
estadounidenses se definen a sí mismos como una “nación de inmigrantes” y que,
dejando a un lado a los nativos estadounidenses, todos los demás habitantes del
país han llegado de otra parte del mundo.
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