miércoles, 20 de marzo de 2013

Nuestros abuelos leían libros que no eran de su agrado


Una de las principales características del libro electrónico es la sobreabundancia de literatura que gracias a él existe hoy en día. El catálogo de opciones es enorme, por lo que los editores y los escritores tienen que esmerarse en promocionar mucho y bien sus libros para luchar contra la competencia.

En el pasado no era así. Los libros que componían una biblioteca familiar de clase media eran escasos, sobre todo en las ciudades pequeñas o en los pueblos. Muchas veces, las personas se veían en la necesidad de leer libros que no les gustaban porque tenían ganas de leer y no disponían de otros.

Quitando medios de entretenimiento como la radio y la televisión, las familias no tenían muchas opciones para pasar los días de invierno aparte de leer. Así que no se dude que había quienes leían no una sino varias veces un libro que era de su total desagrado porque no tenían más.

En estos tiempos eso ya no ocurre, y es gracias al libro electrónico. No sólo hay mucha literatura en la red, también hay mucha gratis como para intentar llenar el Kindle. Y si alguien empieza una lectura que al poco rato no le gusta, la cambia por otra inmediatamente.

Así que hay demasiados motivos para agradecer la existencia del libro electrónico. Es una maravilla que lleva la sabiduría a muchos lugares del mundo gratis o a precios apenas simbólicos.

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