El presidente de Bolivia, Evo Morales, no resistió sus
ansias de aficionado y ayer, al concluir el partido entre el equipo de su país
y el de Argentina, se dejó caer por los vestidores para saludar a Lionel Messi
y hacerle varios regalos.
Hace unos días Morales ya había anunciado sus
intenciones de condecorar al mejor jugador del mundo. La respuesta de los
seleccionados bolivianos, de los aficionados y de la prensa deportiva no fue
muy grata a sus oídos ya que lo consideraron inoportuno.
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