Pero no porque lleven malas relaciones. El jefe de la Iglesia anglicana -después
de la reina de Inglaterra- y el jefe de la Iglesia católica han mejorado enormemente sus relaciones
en los últimos años, después de siglos de diferencias porque el arzobispo de Canterbury,
que había sido creado por el Papa, dejó de ser católico durante la reforma
anglicana, el producto de un divorcio negado que género una nueva fe.
La inasistencia del arzobispo anglicano, Justin Welby, para rendirle tributo al
papa Francisco en El Vaticano se debió a que apenas el próximo jueves entrará
en funciones, remplazando Rowan Williams,
quien llevó excelentes relaciones con Benedicto
XVI.
Welby está en el proceso de peregrinaje de oración
para el nuevo cargo que va a ocupar, y en su lugar ha enviado a Roma al
arzobispo de York, John Sentamu. Tampoco
la reina Isabel II ha acudido a la ceremonia, pero también ha enviado a un
representante para cumplir con el protocolo: su primo, duque de Gloucester.
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