Juan de Borbón, el hijo del rey Alfonso XIII y padre
del otro rey Juan Carlos I, que por azares del mal gobierno, del fascismo y de
Franco nunca llegó a coronarse, pasó por años a la historia como un aristócrata que vivió
una no muy desahogada situación económica.
La renuncia de su padre, la guerra civil española y la
guerra mundial hicieron que Don Juan, el conde de Barcelona, residiera en el
exilio mientras se creía que no tenía de qué vivir. La ruina económica que vivió
Alfonso XIII después de su renuncia es un hecho muy documentado. Por lo que no
había motivos para pensar que el Conde era un hombre muy rico, sino, por el contrario, para creer
que lo acompañaba la pobreza.
Pero nada más lejos de realidad. La otra crónica de El Mundo ha hecho público
recientemente el testamento que dejó a su muerte en 1990. Entre propiedades y cuentas bancarias, el nunca coronado conde de
Barcelona poseía 1.100 millones de pesetas, que fueron repartidas entre sus
descendientes.
Falta saber cómo este aristócrata emprendedor remontó
la ruina familia para llegar a ser un hombre tan rico.
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