martes, 19 de marzo de 2013

Sangriento aniversario en Irak


Hace diez años el entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, invadió Irak para defenestrar a un dictador que llevaba décadas encabezando una tirana dictadura que tenía al pueblo sumido en la miseria.

Echar a Saddam Husein de Bagdad resultó fácil para las tropas estadounidenses, incluso su posterior captura y ejecución, pero la invasión desencadenó una masiva solidaridad de musulmanes dispuestos a viajar a Irak y dejar el pellejo luchando contra el invasor. Esa resistencia que se ensaña contra el propio pueblo iraquí como si éste fuera el culpable de todo, perdura hasta la actualidad. Hoy, a un día del décimo aniversario de la invasión, conmemoraron quitándole la vida a 65 inocentes.

Desde la mañana, en diferentes puntos de Bagdad, coches bomba y otros artefactos explosivos empezaron a hacerse oír y sentir. La ola de atentados recorrió la milenaria capital sembrando terror y muerte.

Desde que en Irak inició la resistencia con ataques terroristas destinados a hacer daño a la población civil, nunca, ni cuando el país estaba patrullado por el ejército más poderoso del mundo, se logró evitar que los extremistas sembraran las ciudades de terror. La retirada de Barack Obama abandonando la tarea a medias, no hizo más que dejar al país en una preocupante vulnerabilidad que se exhibe cada que los terroristas quieren.

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