Lo primero que saltó como noticia acompañando al nuevo
Papa justo después de que fue elegido, fue su origen americano, latinoamericano
e hispano. Pero ahora muchos alegan que Jorge
Mario Bergoglio es un argentino de padres italianos, por lo que cuestionan sus
primicias y sugieren que el primer papa latino aún no llega.
También de Barack
Obama, por su madre blanca, dicen que no es el primer presidente negro de
los Estados Unidos. Dar gusto al público es muy difícil, muchos no se conforman
con términos medios, cosas mixtas y tampoco aceptan diversidad étnica.
Quienes cuestionan la latinoamericanidad de Francisco
argumentan que no tiene sangre de nativos, que sus padres son italianos y que, por
lo tanto, entre otras cosas, su apellido no es hispano. Quieren pintarlo sólo como
un europeo nacido en América. Quizás como el hombre se ha portado bien, nadie
halla de momento qué cuestionarle más que algo tan irrelevante para un Papa
como su origen.
Pero Bergoglio es un hispano, por más que se apellide Bergoglio;
es americano, nació en América; es latino, creció y se educó en un país donde
se habla una lengua que procede del latín, y su dominio del italiano no
demerita eso, puesto que también procede del latín.
El que no se le considere latino por ser hijo de
europeos o no tener parentela nativa es algo verdaderamente aberrante. Propio de
nazis. América es un continente multicultural, donde seres humanos procedentes
de todas partes del mundo se han mezclado durante siglos para producir la
cultura actual.
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