sábado, 30 de marzo de 2013

México se mete de arbitro entre las Coreas


Ante el reciente calentamiento del conflicto entre Corea del Norte y Corea del Sur, con la inminente amenaza incluso a los Estados Unidos por parte del régimen norcoreano, México ha pretendido ponerse como arbitro al instar al dictador Kim Jong-un para que ponga un alto a sus pretensiones de guerra.

La cancillería mexicana emitió un comunicado en el que no sólo invita a Corea del Norte a bajar el nivel de belicosidad al conflicto, también llamó a las otras dos partes, Corea del Sur y Estados Unidos, a buscar los medios necesarios para que la tensión se resuelva de forma pacifica.

Pero mientras el ejecutivo federal de México trata de guiar a la paz cargando tímidamente más responsabilidad en el conflicto a Corea del Norte, el gobierno de este país publicó los elogios que recientemente recibió su dictador, Kim Jong-un, por parte del Partido del Trabajo, un partido minoritario y de cargada ideología izquierdista en México.

Esta es de las pocas veces que México pretende erigirse como arbitro en un conflicto internacional tan lejos de sus fronteras. La última vez que la diplomacia mexicana tuvo una participación muy activa y significativa en un conflicto fue de carácter más local. El presidente Felipe Calderón fue un importante mediador en el conflicto que enfrentó a Álvaro Uribe y Rafael Correa en marzo del 2008, cuando el ejército colombiano penetró a Ecuador para dar muerte al líder de las FARC, Raúl Reyes.

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