El papa
Francisco ofició la Misa
este Jueves Santo en la cárcel para menores de Casal del Marmo, donde, emulando
a Cristo, lavó los pies de doce reclusos que hicieron las veces apóstoles.
Entre los jóvenes a los que Francisco lavó los pies
había dos mujeres, una de fe musulmana. En la cárcel, que se halla al noreste
de Roma, hay 46 reclusos, 35 hombres y 11 mujeres.
El Papa fue recibido por una multitud entusiasta a las
afueras de la cárcel. Sus palabras a los presentes fueron sencillas, como ya son
habituales en él, pero muy emotivas: "Esto es lo que Jesús nos enseña y
esto es lo que yo hago. Es mi deber, me sale del corazón y amo
hacerlo".
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