lunes, 25 de marzo de 2013

Israel y Siria, se reaviva un conflicto


A Israel le conviene más que sus hostiles vecinos tengan un gobierno firme, incluso aunque se trate de dictadores, porque con ellos se puede llegar a un acuerdo, se les puede amedrentar y ellos por conservar sus privilegios son capaces de ceder en algunos puntos y de mantener a sus fieras atadas.

Pero cuando esos vecinos están en medio de una guerra civil, las cosas no son sencillas para el Estado judío. Así las cosas, si surge un agresión, no hay a quién culpar, a quién reclamar, con quién alcanzar un acuerdo. Los rebeldes sirios y el dictador Bashar Al-Assad se la han pasado culpándose mutuamente de las masacres inhumanas que se cometen con terrible frecuencia en el país. Y si le disparan a una patrulla israelí en la frontera, menos van a reconocer quién fue.

Desde hace meses, ante el aumento de la violencia en Siria, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, propuso blindar los Altos del Golán, el punto fronterizo más tenso con la vecina Siria. Porque en la medida en que en el país fuera aumentando el desgobierno, diversos grupos armados se irían replegando a la frontera.

Ayer el gobierno israelí anunció que había atacado un puesto del ejército sirio en respuesta a un previo ataque a una de sus patrullas en la frontera. Los temores de Israel son que en la medida en que Siria aumente el caos, la crisis fronteriza será más difícil. Las dos fuerzas en conflicto son musulmanas y es de esperarse que no tengan los mejores planes para el Estado judío. Cualquiera puede disparar y culpar a la otra.

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