Henrique
Capriles pretende tumbar al chavisno exhibiendo lo que el régimen
no quiere reconocer: el fracaso económico.
Con programas populistas, que se caracterizan muchas
veces por quitarles su dinero a los pobres que sí trabajan para dárselo a los
pobres que no quieren trabajar, el gobierno venezolano en la era de Hugo Chávez
cosechó millones de adictos y seguidores.
Pero eso no fomentó la economía del país, sino que la
desmanteló y las expropiaciones terminaron la tarea. Venezuela es un país en
crisis económica, por más que Maduro sea capaz de enviar desayunos a cada casa
del país para probar que no.
Esa crisis es el hueco más grande por el que Capriles
puede atacar. Y lo está haciendo. En una asamblea popular en el estado de
Vargas, Capriles acusó a Nicolás Maduro de hacer oídos sordos cuando le hablan
de inflación, de desviar el tema y ponerse a insultar.
Las palabras de Henrique Capriles que más efecto puede
causar en los electores, hicieron referencia a que la inflación afecta
directamente a los más pobres, al acabar con su salario y ahorros.
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