En los últimos años la Iglesia católica ha encendido sus alarmas por
la gran cantidad de deserciones que se registran. Cada vez menos niños son
bautizados y menos parejas, que son tales, se casan. Es común la existencia de católicos que nunca acuden a una la
iglesia ni participan en las fiestas religiosas más importantes. Son los
llamados católicos a su manera.
Pero muchos católicos no llegan al grado de
experimentar total apatía por la religiosidad, si no que toman otro camino: el de
convertirse al cristianismo, como una forma de reivindicar sus convicciones
religiosas.
Probablemente son muchos factores los que llevan a católicos
a no sentirse satisfechos espiritualmente con su fe. Y en momentos de depresión,
desesperación y completo vacío espiritual se inclinan por iniciar una nueva vida, convirtiéndose al cristianismo incluso cuando anteriormente, como católicos, también
habían sido cristianos.
Al ser grupos minoritarios, sobre todo en comparación
con la fe católica, los integrantes de otras denominaciones cristianas suelen
ser más disciplinados y unidos entre sí; viven más tranquilamente y más en paz
consigo mismos. En este ámbito, los católicos recién llegados encuentran las
condiciones necesarias para iniciar lo que querían: una nueva vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario