Un blog permite atraer lectores en buena lid,
generando contenido que otros pueden hallar interesante alguna vez. De esa
forma se atrae a lectores diversos, de diferentes partes del mundo con
intereses múltiples. A algunos les puede interesar una entrada, a otros ésa no,
pero otras sí. No obstante, el principal objetivo de muchos blogs es atraer
lectores, y que se queden para siempre, cuando es muy probable que haya
entradas que no serán de su interés.
Muchos blogueros atraen a sus lectores comentando en
otros blogs. De esta forma, esos otros blogueros irán al suyo a comentar. Probablemente
por gratitud. Y así se arma una relación de ir y venir a comentar fielmente
todos los días, para no perder a ese lector.
Pero es probable que a esos fieles lectores no les
llamen la atención las entradas de todos los días. Es probable que de diez una
les guste y les dé para escribir un comentario verdaderamente productivo. Pero
aun así van y comentan diario a los blogs de sus seguidores, exhibiendo una
especie de compromiso moral. “Si yo comento en el suyo, él vendrá a comentar en
el mío”.
El recurso es valido. Pero no es el más recomendable
para atraer muchos lectores ni para que valoren el contenido de un blog. Por lógica,
para conseguir cien comentarios en la entrada del día, hay que tener el tiempo disponible
para ir a escribir otros cien, o un número muy cercano a ése. Es probable que
un bloguero comente en otro blog aunque ese día no reciba lo mismo, pero después
de una semana se acabará probablemente la fidelidad.
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