viernes, 1 de marzo de 2013

Castel Gandolfo, el otro palacio del Papa


Si El Vaticano es un palacio en toda regla, lo mismo, y sin exagerar en absoluto, puede decirse de Castel Galdolfo. Ésta es la residencia de verano más famosa de todas las que pueden tener los jefes de Estado, más que Camp David, el lugar de descanso del hombre más poderoso del mundo, el presidente de los Estados Unidos.

Se encuentra en localidad italiana del mismo nombre, a unos 18 kilómetros al sur de Roma. Es la residencia de verano de los Papas desde que fue construido a principios del siglo XVII por Urbano VIII.

Los Papas, debido a que para serlo hay ser anciano o casi, han encontrado en este palacio un agradable lugar de descanso, donde reponer fuerzas después de períodos tan desgastantes para un pontífice como puede ser la Semana Santa.

El Palacio de Castel Gandolfo es una obra maestra paisajística del período Barroco. Porque dejando a un lado a los edificios, que son de una belleza extraordinaria, el jardín, de 55 hectáreas, guarda rincones mágicos donde un anciano culto y cansado puede cómodamente dar pequeños paseos, contemplar la belleza de la naturaleza y leer.

Muy al estilo de los jardines italianos de los períodos Barroco y Renacentista, el de Castel Gandolfo ofrece una perfecta integración entre naturaleza y arte. Las esculturas y las fuentes que se atraviesan en los paseos, sirven como hermosos remates visuales que ofrecen bellísimas perspectivas desde cualquier punto del palacio.

En ese histórico, emblemático y bello lugar, pasará Benedicto XVI los próximos dos meses, hasta que esté lista su nueva casa, algo más modesta que Castel Gandolfo, pero éste ya no le pertenecerá más, porque es el lugar de descanso reservado para un Papa…, un Papa en funciones.

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