Las consecuencias de la primavera árabe, que llevó a Egipto en lugar de un mejor régimen
una terrible crisis económica y social, tienen al gobierno en serios aprietos. Y
una de las opciones que están barajando para obtener solvencia, es rentar sus
sitios arqueológicos, pirámides y gran
Esfinge de Giza incluidas.
El patrimonio en monumentos antiguos que tiene Egipto
es uno de los más admirados del mundo. La belleza escultórica que lograron los
artistas durante la época de los faraones deja perplejos a cuantos visitantes
logran conocerla. El turismo, por consecuencia, es la mayor posibilidad que
tiene el país del Nilo para equilibrar su economía.
Pero un turismo a cargo del Estado pocos recursos
puede dejar. Los ingresos son absorbidos por el exceso de funcionarios que
siempre caracterizan a una iniciativa pública. Por eso el gobierno egipcio
pretende no explotar la belleza de sus monumentos, sino rentarlos para que
empresas privadas lo hagan.
De esa manera el Estado recibirá dinero líquido y rápido,
sin tener que correr con los gastos de una costosa y probablemente ruinosa
administración. La gestión a la empresa que podrá administrar los monumentos se
asignará mediante un concurso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario