martes, 12 de marzo de 2013

Humo negro, como se esperaba


En la primera votación del Cónclave para escoger al sucesor de Benedicto XVI y próximo ocupante de la silla de Pedro, celebrada hace unas horas, salió, como estaba previsto, humo negro. Esta primera votación generalmente sirve para que los cardenales sepan quienes de entre ellos gozan de mayores simpatías.

Mañana habrá, de ser necesarias, cuatro votaciones, y es previsible que desde la primera ya no verán los príncipes de la Iglesia el regadero de votos que muy probablemente arrojó el escrutinio de hoy. Los cardenales que ya, con la primera votación, afianzaron posiciones, en las de mañana seguramente van a aparecer mejor posicionados.

No conviene a la iglesia católica que se prolongue mucho el Cónclave. De ser así, se correría el rumor de que el nuevo Papa no gozará de las simpatías de muchos cardenales, quienes finalmente serán sus “gobernadores” alrededor del mundo. Un Cónclave largo dejará entrever que hubo una dura lucha dentro de la Capilla Sixtina y que algunos purpurados tuvieron que ceder en sus posiciones.

Por eso es probable que en alguna votación de mañana se vea el humo blanco y se escuche el habemus papam. Si hoy todo el mundo sabía cuál sería el resultado de la primera votación, lo que pasará mañana también es altamente predecible. Aunque siempre cabe esperar sorpresas.

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