domingo, 10 de marzo de 2013

La siesta de Peña Nieto en el funeral de Chávez


Muchas veces las funciones de un jefe de Estado consisten en asistir a aburridas ceremonias a escuchar largos y repetitivos discursos que no hacen más que provocar sueño. Prueba de ello es la siesta que tomó el presidente de México, Enrique Peña Nieto, durante el funeral de Hugo Chávez, mientras Nicolás Maduro agradecía a los líderes extranjeros por su presencia.

El vídeo de Peña Nieto dormido mientras Maduro pronuncia el conmovedor discurso ya se convirtió en todo un éxito en YouTube. Justo a su lado se encuentra Ollanta Humala, y adelante el príncipe Felipe de Asturias y Rafael Correa. La siesta del líder mexicano se aprecia desde que los líderes empiezan a aplaudir -menos el príncipe Felipe, pero mantiene la mirada fija en Maduro-, y él se deja ver completamente dormido, sin que lo perturbe siquiera el ruido de los aplausos.

Las personalidades que estaban junto a Peña Nieto tenían motivos para no dormirse. Correa perdió a un amigo y a un padre ideológico, estaba verdaderamente conmovido; Humala también perdió a un aliado de su misma ideología, y muy propenso a ayudar con petróleo a todos los que pensaran como él; por su parte, el príncipe Felipe es un aristócrata educado para soportar sin parpadear esas pesadas ceremonias. Puede ser que poco le importara el muerto, pero cumplir con ese tipo de protocolos es lo suyo. Pero Peña Nieto no era ni amigo de Chávez, no es izquierdista y no tiene la experiencia del príncipe para mantenerse despierto escuchando discursos que parecen canciones de cuna. Él sí podía dormir. Y lo hizo.

                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario