domingo, 10 de marzo de 2013

Fenómenos editoriales: de la Biblia a Crepúsculo


El hecho de que un libro se transforme en un rotundo fenómeno editorial radica en que muchos se enteren de su existencia y en otros aspectos complementarios que también influyen, pero la difusión del titulo es lo estrictamente fundamental.

Esos aspectos complementarios vendrían a ser el posicionamiento del libro al alcance de millones de lectores, privilegio que hasta hace poco ostentaban sólo las grandes editoriales y que ahora con el libro electrónico y lectores como el Kindle está al alcance de muchos.

Los elogiosos comentarios para un libro también tienen una enorme influencia en el proceso de hacerlo un superventas. De poco sirve que millones de personas sepan de un libro si nada de él les llama la atención.

La Biblia, como superventas que es, es el mejor ejemplo de ello. Ha sido difundida por diferentes religiones durante muchos siglos, y bastante ayuda a su comercialización el hecho de que sea recomendada como el pilar de todos los libros y de muchas sociedades, contenedor de la palabra de Dios y, por lo tanto, una lectura indispensable como alimento del Alma, sobre todo en períodos depresivos o de baja autoestima. La Biblia no sólo se difunde mucho, también se hablan maravillas de ella, por eso es el libro más vendido de todos los tiempos.

Pero con los libros la escurridiza fortuna también juega un papel muy importante. A veces la difusión y los comentarios elogiosos no terminan de ser suficientes. Muchos libros de aventuras probablemente mejores o iguales en calidad a El conde de Montecristo y Los tres mosqueteros se publicaron en Francia a mediados del siglo XIX y tuvieron una buena recepción por parte de la crítica. El hecho de que éstos hayan trascendido de manera extraordinaria dejando en el olvido a otros, de entre tanta literatura similar que se producía entonces, es en gran parte atribuible a la fortuna.

En otros casos la consagración de una obra literaria es prácticamente un decreto de Estado. Los ensayos no son los libros más propensos a convertirse en superventas, no por lo menos tanto como las novelas, pero hay algunas excepciones. Mein Kampf fue durante años un libro muy promocionado por el gobierno alemán, y si a ello se le suma que en esa época Alemania estaba dirigida por el autor, quien era además un caudillo muy peculiar, se explica por qué el libro traspasó las fronteras del país y llegó a cobrar fama en todo el mundo y a ser leído por importantes personalidades del mundo de la política. En el caso Mein Kampf puede decirse que su enorme éxito -en tiempos del nazismo se vendieron 10 millones de ejemplares- no es para nada atribuible a la fortuna, fue un proyecto de Estado en el que se invirtieron recursos y terminó cumpliendo las expectativas.

En la era del Internet los libros superventas han venido a ser más comunes. Y la red es desde luego el principal responsable. En siglos pasados hubo superventas que tardaron muchos años en ser traducidos a otros idiomas, pero con el Internet eso acabó. Si un libro se hace famoso, la red llevará su fama a todos los rincones de las redes sociales.

Sin el Internet no podrían explicarse fenómenos editoriales como Harry Potter, Crepúsculo y más recientemente Cincuenta sombras de Grey. De las tres obras, sus principales beneficiarios supieron catapultar por medio del Internet los comentarios elogiosos que acompañaron a las publicaciones. Sin embargo, eso no es una proeza, todas las editoriales, sobre todo las más grandes, hacen exactamente lo mismo. El hecho de que estos tres libros y no otros tres se hayan convertido en lo que hoy son, se debe, quizás en un 50% a la difusión, otro 10% a diversos factores -un buen aprovechamiento de los más favorecedores comentarios críticos, principalmente- y el 40% es simple y sencillamente cosa de la fortuna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario