lunes, 11 de marzo de 2013

El libro electrónico, producto de la necesidad y de la oportunidad


Antes de la llegada del libro electrónico, claramente había una necesidad de libros que ya, en gran medida, ha sido satisfecha por éste. Con tan sólo repasar la literatura de otros siglos, hallamos personajes desconsolados porque no podían saciar su sed de saber. Los libros eran escasos y, además, costosos.

Pero la necesidad no fue sólo satisfecha con la existencia del libro electrónico, hacía falta un complemento que permitiera hacer agradable la lectura, por ello aparecieron las tabletas como el Kindle, que con su tinta electrónica prácticamente no afectan a la vista.

Y para que fuera atendida esa necesidad, tuvo que existir, primero, la oportunidad. La era del Internet brindó la posibilidad de digitalizar contenidos, reproducirlos rápido y sin costo alguno y con la misma eficiencia ponerlos en cualquier lugar del mundo.

El proceso, con todo lo bueno que encierra, ha desencadenado en otra necesidad y otra oportunidad. Tanto un autor como un editor tienen la necesidad de vender libros y la red les brinda una gran oportunidad de hacerlo. Y el lector, que por ser eso tiene la necesidad de leer, también tiene la oportunidad de descargar libros sin pagar por ellos, lo que no debe de ser visto como forzosamente malo en todos los aspectos, por más que muchos lo crean así.

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